Lo que tienes que saber sobre las fibras musculares
No todas las fibras musculares son iguales. ¿Te preguntaste alguna vez por qué eres más buen@ corriendo largas distancias que velocidad o a la inversa? Bueno, mucha gente cree que la razón de esto tiene que ver con las fibras musculares…
Lo más aceptado es la descomposición de nuestras fibras musculares entre las fibras lentas y las fibras rápidas; y a su vez las fibras rápidas que pueden ser del tipo a o del tipo b. Esta distinción se hace teniendo en cuenta cómo los músculos responden al entrenamiento y a la actividad física y cómo cada fibra responde ya que una y otra se contrae de diferentes maneras. Ahora bien, nuestros cuerpos contienen una determinada cantidad genética de fibras lentas y fibras rápidas que en promedio suelen ser de un cincuenta por ciento de cada una auqneu claro está, y dada la gran diversidad de seres humanos esto casi nunca es así…
En fin, las fibras musculares lentas por ejemplo son más eficientes utilizando el oxígeno como combustible y permiten las contracciones musculares por tiempos largos. En comparación con las fibras rápidas tardan más tiempo en fatigarse y son las mejores o más bien las que más ayudan a los maratonistas y ciclistas, y en el caso de quienes hacemos ejercicio como el cardio de una hora por ejemplo.
Las fibras rápidas en cambio se valen de nuestro sistema anaeróbico para obtener combustible, y son mejores en pequeñas explosiones de fuerza, de potencia o de velocidad que las fibras lentas. La contra es que se fatigan rápidamente pero a favor tienen que si quieres hacer sprints, pesas, otra forma de intervalos o correr en velocidad éstas serán las encargadas de hacer el trabajo.
Pero como dijimos hay dos tipos de fibras rápidas. Unas que vendrían a ser intermedias y que pueden valerse tanto de nuestro sistema aeróbico como del anaeróbico para crear energía; y luego las del tipo b que serían las típicas fibras que utilizan lo anaeróbico para producir rápidas explosiones de energía. Obviamente las primeras se queman menos rápido que las segundas.
Eso es todo sobre tus fibras musculares y es importante que lo sepas por una razón muy simple. La cantidad de fibras o mejor dicho del tipo de fibras que tenemos dicta o influencia en qué deportes somos naturalmente buenos o en qué actividades somos más rápidos, más fuertas y demás. Hay ejemplos a nivel profesional de elite en el que los velocistas suelen tener hasta un 80% de fibras rápidas mientras que en los maratonistas ese 80% es de las fibras lentas. Obvio que no es solo la cantidad de fibras sino el acondicionamiento que le damos a unas y otras.
Luego está la pregunta de si el entrenamiento puede cambiar o mejorar la cantidad de fibras musculares, a la que todavía la ciencia no tiene una respuesta concluyente, sim embargo hay evidencia que demuestra que el cuerpo puede “alternar” y pasarse de las fibras rápidas a las lentas durante el entrenamiento.
A veces la teoría no parece ser tan atractiva pero este artículo es importante, y de hecho puede interesarte más de lo que piensas. Tiene que ver con los resultados y tiene que ver con la eficacia de tu rutina entre otras cosas. Voy a darte mi propia experiencia como ejemplo. Cuando llegué al punto en que mis levantamientos de pesas ya no parecían mejorar solo necesité de unas buenas sesiones de entrenamiento al fallo muscular para estimular otras fibras diferentes a las que se ejercitan cuando haces 8, 10, 12 repeticiones. Lo que pasó después de hacerlo fue que al volver a esta cantidad de repeticiones mi fuerza había aumentado considerablemente y en consecuencia podía levantar más peso. En este caso lo que pasó fue que estimulé las fibras lentas o más bien las rápidas intermedias. Lo mismo me pasó con el cardio largo. Cuando me puse a hacer intervalos por un tiempo, al volver a correr diez kilómetros mis números mejoraron notablemente. Esta vez fueron las fibras rápidas las que ayudaron en cierta manera a que las lentas se desempeñaran mejor…
El punto es este: siempre se puede mejorar el desempeño de nuestro cuerpo (y a nuestro cuerpo) en las actividades que hacemos o por intermedio de ellas. La genética puede decirnos algo pero los ejemplos sobran como para decir que si sigues las reglas para ponerte en forma tu desempeño en las actividades que haces, ya sean deportes o entrenamientos, y los resultados que consigues pueden mejorar dramáticamente. Si te gusta correr maratones y quieres mejorar en ello, con el debido entrenamiento fácilmente puedes mejorar, desarrollarte y permitir que tu cuerpo se adapte al tipo de actividad o ejercicio que hagas. Y esto por supuesto va también para el cardio, las carreras de ciclismo, la natación, los pesos libres, levantamientos de potencia, las pesas, los intervalos, el rugby o lo que sea que practiques.
Las fibras tienen que ver un poco a la hora de nuestro desempeño, pero no son determinantes de nada por sí solas. Otros factores como la nutrición, la hidratación, el descanso, el entrenamiento y hasta la preparación mental también tienen que tenerse en cuenta. Como siempre digo, entrena duro, sé constante y los resultados simplemente serán cuestión de tiempo. No hay nada que no se pueda mejorar.


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Hola Marcos, quería felicitarte por tu blog, tienes artículos muy buenos (que he guardado en favoritos
y se nota que entiendes de lo que hablas. En esta ocasión me he perdido un poco con lo de las fibras musculares (creo que alguien se ha quedado las mías porque no aguanto mucho, jeje), pero te añadí en mis blogs y te sigo, gracias por compartir toda la información.
He vuelto a hacer ejercicio después de bastante tiempo y me lo tomo con filosofía y buen humor, sabiendo que me llevará un tiempo engrasar los músculos de nuevo, pero estoy muy contenta y sólo puedo darte la razón cuando proclamas que el ejercicio es algo MUY beneficioso y necesario.
Un abrazo, Ari.
Gracias Ari, me alegra mucho que te sirva. Dale para adelante y cualquier duda que tengas escribime nomás, un saludo!